Ven mujer para contarte la historia
de cuando Dios el mundo terminaba
y ya había hecho los cielos y los hombres
y en el mundo tan solo tú hacías falta.
Miraba Dios la tierra fabricada
del dulce de su aliento y de la nada
y ya la hacía girar y daba impulso
para integrarla a la galaxia
cuando vio el bello mar y a las montañas
y quiso Dios entonces conservarla
y te hizo, madre, a ti, su gran milagro,
cuerpo frágil, caricia delicada
pero fundido con fiereza al alma
para que replicaras para siempre
la enorme maravilla de su hazaña,
y repitieras sin cesar al orbe
como cuando Él de la nada lo creara.
Esta es tu historia, madre, tan inmensa
como el beso que en los hijos te consagra.
como el verso, hecho vida en tu regazo
como la luz, vuelta amor en tu mirada